18 mar 2009
4.1.-La Confesión Trinitaria
A principios del siglo III, Hipólito de Roma escribe su Tradición apostólica, que contiene fórmulas de oraciones de consagración y bendición.
Todas sus fórmulas acaban así o de forma parecida:
Gloria a Ti, Padre y al Hijo con el Santo Espíritu en la Santa Iglesia, ahora y siempre y por todos los siglos, Amén.
San Dionisio de Alejandría concluyó así una de sus cartas:
Terminemos según el modelo y la norma que hemos recibido de los presbíteros que nos han precedido; orando igual que ellos hicieron, os escribimos a vosotros: a Dios Padre, al Hijo, nuestro Señor Jesucristo, con el Espíritu Santo, sean la gloria y el poder por los siglos.
Como vemos, no se trata de grandes reflexiones sobre lo que Dios es en sí mismo, sino acoger la manera como Dios se ha manifestado en la historia.
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