En la vida nos topamos con la experiencia de la limitación, del dolor, etc. Nos damos cuenta de lo imperfecto y pasajero que es todo. A pesar de ello los hombres y las mujeres no dejan de trabajar, de luchar, de hacer lo que les pueda hacer feliz.
Si piensas en tí mismo te darás cuenta de que quieres poder divertirte con tus amigos, acabar los estudios, trabajar, etc. Es un deseo queno acaba nunca de saciarse.
En ese deseo humano de mejorar, las religiones han descubierto las huellas de Dios.
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